Arturto Pomar, el primer Gran Maestro en España e icono de la posguerra en España, ha fallecido a los 84 años en Barcelona.
En 2002, Peón de Rey publicó un extraordinario artículo de Miquel Castells, que recoge la memoria de esta extraordinaria persona y ajedrecista. Creemos que será de mucho interés la lectura de este artículo, por lo que lo publicamos íntegro, con la posibilidad de descargar en formato PDF.
Descanse en paz.
Arturo Pomar, el maestro tranquilo
- Autor: Miquel Castells
- Publicación: Peón de Rey nº 6 (2002)
Es el primer Gran Maestro de la Historia del ajedrez español. Ex niño prodigio en la década de los 40 tuvo la atención mediática a sus pies. Siete veces Campeón de España, ha estado cuatro décadas compitiendo al más alto nivel. Hoy, a sus 70 años, Arturo Pomar está completamente retirado de la escena deportiva, pero su estela de genio pervive en la memoria de miles de ajedrecistas. A pesar de sufrir varios reveses en su vida, el rasgo de su personalidad que distingue su carácter es su imperturbable pose tranquila.
Si preguntáramos en una encuesta dirigida al gran público que nos diera el nombre de tres ajedrecistas españoles de todas las épocas, no habría duda de que uno de los nombres que aparecería con más insistencia es el de Arturo Pomar. Según la edad del encuestado, nos respondería Arturito Pomar. Recuerdo que uno de mis prime- ros libros sobre el noble juego fue «Ajedrez elemental», de Vassily Panov, prologado por Arturo Pomar. Le pregunté a mi padre quien era este señor y me contestó: “¿Arturito Pomar? Es el mejor ajedrecista español”. En aquella época, contaba yo con 8 ó 9 años, y no podía calibrar lo que el maestro Pomar ha significado para nuestro deporte, pero algo en mi interior me decía en aquella tierna edad que el prologuista era un personaje muy importante.
Conversamos con el maestro a finales de marzo en un momento muy delicado de su existencia. Su esposa Carmen, madre de sus siete hijos, a la que siempre estuvo muy unido y cuyo entusiasmo fue impulso decisivo para superar los momentos más difíciles de su carrera, había fallecido reciente- mente. Este duro golpe ha mermado todavía más la capacidad comunicativa de Pomar. Siempre ha sido un hombre parco en palabras, que se muestra incómodo ante una grabadora. Sin embargo, a pesar de las dificultades, Arturo Pomar atendió telefónicamente a este periodista para transmitir su mensaje. Aunque sus ideas nos servirán de hilo conductor para describir los momentos culminantes de su intensa vida ajedrecística, no transcribiremos aquí la breve con- versación mantenida con Pomar.
Superdotado
El pequeño Pomar aprendió a mover las piezas a los cinco años observando como jugaban su padre y su abuelo en la casa familiar de Palma de Mallorca donde nació el 1 de septiembre de 1931. Algunas de estas sesiones se alargaban noches enteras y el futuro maestro vencía al sueño para seguir las partidas de su progenitor. Dos años antes, su abuela ya le había regalado un tablero de madera. “Sí, empecé a jugar de muy niño. Recuerdo gratamente cuando gané a los 14 años mi primer Campeonato de España, en Santander. Recomiendo empezar de pequeños para conseguir algo en el mundo del ajedrez”, apunta el maestro.
En 1944, a los 13 años, Pomar firmó tablas con Alekhine tras disputar una maratoniana partida que se aplazó tres veces.
Cuando firmó tablas con Alekhine en el Torneo de Gijón de 1944, tras una maratoniana partida que se aplazó tres veces, Arturo Pomar saltó a la palestra deportiva de los tabloides españoles. Que un chiquillo de origen chueto, que vestía pantalón corto y corbata demasiado formal para su edad, pudiera enfrentarse de tú a tú con el Campeón del Mundo, era noticia de portada. Precisamente, el periodista John Henderson recordó en la web The Week In Chess esta primera proe- za de Pomar. John insinuaba en el prestigioso sitio inglés que el récord establecido por Pomar en 1944, puntuar contra un
Campeón del Mundo a los 13 años, había sido superado ahora por el MF de 11 años David Howell al firmar unas corteses tablas con Vladimir Kramnik en un match de rápidas disputado el pasado marzo en Londres. “Bueno, yo creo que el récord todavía figura en mi poder. No es lo mismo jugar contra un gran campeón una partida de blitz que otra a ritmo normal”, reivindica nuestro veterano maestro. “Recuerdo que sentí una gran satisfacción tras esta partida por la reacción del público que premió este resultado con una sonada ovación”, rememora Pomar. Alekhine quedó tan impresionado por el tesón del pequeño mallorquín que no dudó en guiar sus pasos como futuro ajedrecista de élite. Durante un tiempo, Pomar recibió clases del campeón mundial y en su obra póstuma publicada en 1946, Alekhine no escatimó elogios dirigidos al brillante futuro que auguraba a su pupilo.
Un test psicotécnico realizado en 1945 a Arturito Pomar demostró que era un chico superdotado. Sin embargo, este don sumado a la montaña de elogios del público entusiasta, aunque entremezclada con agrias críticas periodísticas fruto del ancestral cainismo hispano que menosprecia los éxitos de los compatriotas, no descerebró a nuestro personaje. Pomar siempre se mostró comedido en público, de educación exquisita, vestía traje y corbata, y en sus apariciones públicas lucía siempre un pulcro peinado con flequillo y raya a la izquierda. Se tomaba muy seriamente el ajedrez y muchas veces arrancaba a llorar cuando perdía una partida.
Juguete roto
En plena transición política, el fallecido cineasta Manolo Summers realizó un excelente documental titulado Juguetes rotos que explicaba el ascenso y caída de figuras del espectáculo y del deporte que disfrutaron de la gloria del éxito durante el franquismo para acabar en el olvido más triste cuando llegó la democracia. No recuerdo ahora si Pomar fue uno de los personajes biografiados en esta película. Pero, sin lugar a dudas, la injusticia cometida con Pomar encajaría perfectamente en el guión del film.
El régimen franquista, huérfano de ecos internacionales en una situación de bloqueo auspiciada
por el propio Franco en un crudo escenario de postguerra, no desperdició la oportunidad de ensalzar con desmedido entusiasmo los éxitos deportivos del bisoño Pomar. El dictador lo recibió en audiencia en dos ocasiones para felicitarlo públicamente por su incontestable triunfo en el Campeonato de España de 1944 y por su relevante actuación en el Torneo del Londres de 1946. El pequeño Arturito se convirtió en icono del franquismo, personaje habitual del No-Do manipulado por las autoridades políticas y deportivas. Era el nuevo Mozart del ajedrez. Sus padres evitaron hacer cola para sellar las cartillas de racionamiento gracias al pequeño genio que, según opinión de Ricardo Calvo, fue material- mente expoliado, como si se tratara de una atracción de feria, a base de agotadoras exhibiciones de simultáneas que en un joven de su edad harían mella años después en su estado físico y mental.
En 1962, Arturo Pomar se convirtió en el primer GM español de la historia.
Ya inmerso en plena vorágine competitiva al más alto nivel, Pomar traspasó el umbral del profesionalismo cuando a los 19 años obtuvo el título de Maestro Internacional. Doce años después se convertiría en el primer Gran Maestro español de la historia. Su éxito más destacado y del que se siente más orgulloso llegó en 1960 cuando se clasificó en pri
caída de figuras del espectáculo y del deporte que disfrutaron de la gloria del éxito durante el franquismo para acabar en el olvido más triste cuando llegó la democracia. No recuerdo ahora si Pomar fue uno de los personajes biografiados en esta película. Pero, sin lugar a dudas, la injusticia cometida con Pomar encajaría perfectamente en el guión del film.
La primera mala jugada que le tenía reservada el régimen franquista cristalizó poco antes de viajar a la capital sueca para disputar el Interzonal contra 22 reputados maestros de la época, entre los que se encontraban astros como Fischer, Petrosian, Geller, Portisch, Korchnoi o Benko. Mientras todos los profesionales viajaban con un nutrido séquito de analistas y entrenadores imprescindibles para analizar las posiciones aplazadas, Pomar viajó solo sin ningún apoyo institucio- nal tanto desde el punto de vista técnico como económico. Su esposa Carmen tuvo que estirar los ahorros familiares para pagar los gastos del viaje y estancia de su marido. “Si hubiera nacido en Rusia hubiera llegado mucho más alto”, ésta es una de las afirma- ciones más contundentes que nacen de la boca de Pomar para quejarse de la falta de apoyo que tuvo cuando dejó de ser niño pro- digio. Contrariamente, citado como ejemplo comparativo sin ánimo de polemizar, el veterano GM Ulf Andersson disfruta desde hace años de una sustanciosa pen- sión vitalicia del estado sueco que le permite centrarse en su profe- sión sin preocuparse de los aspec- tos económicos más esenciales. A finales de los 90, Pomar recibía una exigua pensión anual de 1.200.100 pesetas (7.212 euros) de la FIDE y otra de 400.000 pesetas (2.404 euros) de la FEDA.
Esta desidia político-deportiva obligó a Pomar a aceptar empleos remunerados en el ámbito funcionarial para levantar una familia que, años más tarde, sería nume- rosa. Trabajó algunos años en las Bibliotecas Populares de la Diputación de Barcelona para después ingresar en el servicio de Correos. A los 30 años, estaba convencido de que no se podía vivir sólo del ajedrez, aunque tiempo después realizó unas sorprendentes declaraciones donde afirmaba todo lo contrario.
En Estocolmo, Pomar realizó un sobreesfuerzo que le pasó factura. A cuatro rondas del final, estaba en el grupo de cabeza y todavía tenía algunas posibilidades de clasificarse para el siguiente ciclo del Campeonato del Mundo. El cansancio acumulado le sobrevino en esta fase decisiva del torneo y per- dió tres de las cuatro últimas par- tidas. La decepción fue enorme. Al regresar a España, le comunicaron que no cobraría el sueldo correspondiente al mes que había estado ausente en el extranjero. Después le sería muy difícil conseguir permisos laborales para competir fuera del país.
Un hombre tranquilo
Arturo Pomar nunca levanta la voz. Sus movimientos siempre son pausados, tal vez porque su carácter le aleja de la brusquedad o más consecuentemente porque a finales de los 60 se manifestó una enfermedad que afectó sus articulaciones y cuyos síntomas establecieron el diagnóstico de vejez prematura. Carmen, su llorada espo- sa, siempre se quejó de que cuando su consorte sufrió estos graves problemas de salud nadie se preo- cupó de ayudarlo. La génesis de esta afección le impidió finalizar los torneos magistrales de Marianske Lazne (1965) y Dundee (1967). A pesar de todo, su amor al ajedrez de competición no le han impedido mantenerse activo hasta 1992 cuando participó en el Open de Sant Cugat, población barcelonesa donde fijó su residencia varias décadas atrás.
Una de las anécdotas más referidas a la tranquilidad de la que siempre hace gala el maestro nace en La Habana. Durante la disputa del torneo magistral de 1952, Pomar y Román Torán se encontraban en sus habitaciones respectivas cuando estalló el golpe de estado del general Batista. El ex Presidente de la FEDA entró en la estancia de Pomar informándole de los acontecimientos y preguntándole sobre qué podían hacer ante aquella acuciante situación política caribeña. Pomar estaba afeitándose y su lacónica respues- ta fue “Ah, sí…” y continuó con su higiene personal. El mismo Pomar nos confirma que esta historia es completamente cierta. A pesar del conflicto reinante, el torneo finalizó con toda normalidad.
Nunca se ha pronunciado políticamente. En sus viajes a Latinoamérica, cuando era una cotizada estrella, prohombres demócratas de México como el diplomático Carlos Fruvas le intentaron persuadir para que solicitara asilo político solucio- nando su futuro profesional con el apoyo del estado azteca. Pero Pomar siempre ha huido de las complicaciones, nunca ha querido abandonar España a pesar de que a finales de los 40 su horizonte a medio y largo plazo como ajedrecista profesional, candidato a conquistar las más altas cotas deportivas, no llamaría la atención de las autoridades deportivas del régimen que le dieron la espalda cuando ya no precisaron de sus servicios propagandísticos.
Detalles biográficos
- Nombre completo: Arturo Pomar Salamanca.
- Lugar y fecha de nacimiento: Palma de Mallorca, 1 de septiembre de 1931.
- Fallecimiento: Barcelona, 26 de mayo de 2016.
- Uno de sus Premios de Belleza: Partida Pomar-Smejkal, Beverwijk, 1972.
- Su virtud en el tablero: Su gran habilidad en los finales.
- Su peor defecto ajedrecístico: La falta de preparación en las aper- turas.
- Repertorio: Amante del juego posicional, con blancas ha preferido jugar 1.d4 desenvolviéndose con eficacia en la Defensa Nimzo- India. Ha sido uno de los precursores, también con blancas, de la Variante g3 de la Defensa Pirc. Con negras, es un consumado especialista de la Caro-Kann y ha jugado excelentes partidas con la variante 2…¤f6 en la Defensa Siciliana.
- Pomar autor: «Temas de Ajedrez», «El arte de ver la ventaja» y «Las pequeñas ventajas en el final».
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